miércoles, 14 de junio de 2017

Los Animales Vertebrados : Experimento

Plumas de las aves


Las plumas de las aves les sirven no solo para volar sino también de protección, pero la contaminación puede deteriorarlas, con este sencillo experimento puedes observar el efecto de la contaminación en las plumas de las aves. El excesi­vo uso de detergentes y jabones contamina al agua y finalmente llega hasta las reservas naturales subte­rráneas. Las charcas y los lagos, por ejemplo, se reaprovisionan del agua subterránea contaminada.


Material necesario:

  • 2 plumas blancas compradas (No utilices plumas encontradas)
  • Un cuenco grande con agua
  • 2 cucharadas de detergente líquido (30 mL)
  • Colorante alimentario azul
  • 2 trozos de algodón
  • Pinzas
  • Toallitas de papel



Procedimiento:

  1.  Llena el cuenco con agua y añade el colorante azul.
  2.  Con las pinzas y con cuidado posa sobre al agua una de las plumas blancas.
  3.  Después de transcurrido 1 minuto, pasa suave­mente un trozo de algodón sobre la superficie de la pluma. Observa el algodón.
  4.  Saca la pluma y déjala sobre una toallita de papel.
  5.  Añade al agua 2 cucharadas (30 ml) de detergen­te líquido. Agita el agua hasta que obtengas bur­bujas.
  6.  Con cuidado, deposita la segunda pluma sobre el agua.
  7.  Espera 1 minuto y pasa un algodón limpio sobre la superficie de la pluma. Examina el algodón.
  8.  Saca la pluma y ponla sobre una toallita de papel hasta que se seque 


 



Resultado:

Las dos plumas flotan, pero la pluma que depositas­te sobre el agua jabonosa está mojada en la zona su­perior porque el agua la ha traspasado. Cuando la frotes suavemente con el algodón, observarás que la punta se ha teñido con el color azul del agua.


Explicación:

Para comprender lo que sucede, tenemos que observar con atención las plumas. El cañón es el vastago de la pluma por el que se une al cuerpo del pájaro, está hue­co en su mayor parte y ayuda a los pájaros a flotar. A partir del cañón y a ambos lados se extienden unas finas barbas, barbillas con garfios, que se entrelazan unas a otras formando una superficie continua.


Al añadir jabón al agua se rompe la tensión super­ficial, por lo que el agua penetra a través de las imper­meables barbillas. Además, el jabón disuelve las gra­sas naturales de las plumas, de modo que los pájaros son más «pesados» en el agua, menos hábiles para im­pulsarse a sí mismos y se cansan más. Los patos, cis­nes, garcetas, así como las nutrias y castores, pueden ahogarse en el agua contaminada con jabón.

Los plumeros naturales limpian gracias a su pequeña capa de grasa viscosa. Lo mismo sucede con los paños del polvo de lana natural. Pero en el caso de la lana, la grasa, lanolina, también se utiliza como base para muchos cosméticos.


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